BioMixing

De la aeronáutica y las simulaciones numéricas a los compuestos biológicos

Javier Dávila Martín (57 años), Fundador y presidente de Biomixing, es Doctor en Ingeniería Industrial por la Universidad de Sevilla. Ha trabajado en algunas de las mejores universidades del mundo como Cambridge (Reino Unido), California-San Diego o Erlangen (Alemania). Ha sido fundador de 3 startups y es inventor de 7 patentes. Posee más de 30 años de experiencia en investigación y docencia en el área de Mecánica de Fluidos de la Universidad de Sevilla, más concretamente en los flujos multifásicos y emprendimiento tecnológico. Ha participado en proyectos nacionales y europeos en el desarrollo de tecnologías de aireación y mezcla de reactores químicos y biológicos, especialmente para el cultivo y la depuración con microalgas.

Inés Herrero, fundadora de Biomixing, es Licenciada en CC. Matemáticas y Doctora en Economía y Empresa (Tesis dirigida desde la Universidad de Portsmouth, Reino Unido). Es fundadora de 2 startups. Ha trabajado en la Universidad de Durham, Reino Unido, durante varios períodos en 2014, 2015 y 2016. Desde 2002, trabaja en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, y ha dirigido más de 12 proyectos de investigación científicos.

Utilizando conceptos de aeronáutica, mecánica de fluidos y simulaciones numéricas, BioMixing ha desarrollado un sistema de agitación-aireación que mejora la eficiencia de fermentadores/biorreactores, que son clave para la producción de compuestos biológicos (vacunas, tratamientos de cáncer, alimentación, cosmética, plantas de biogas…).

Entre los hitos conseguidos, el primer gran logro fue conseguir los primeros clientes. Un momento clave fue entrar en la aceleradora Acex Health, que nos ayudó mucho en los comienzos y nos concedió el premio bronce (patrocinado por La Caixa). Esto nos permitió ingresar al programa Passport to Boston, que nos ha facilitado el conocimiento del mercado americano y del ecosistema de Boston (la “meca” de las compañías farmacéuticas).

Aplicamos a un concurso de ideas en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde fuimos uno de los ganadores. Esto nos dio acceso a un programa de emprendimiento en el prestigioso MIT, lo que nos abrió el mercado en EEUU.

Un punto de inflexión fue pasar una primera ronda de inversión con la entrada de tres Business Angels de Austral Venture Gestión.

Otro hito importante fue nuestra entrada en la aceleradora MassChallenge, Switzerland, donde competimos con 1200 solicitudes a nivel internacional, y conseguimos el premio de Plata. Este logro nos ha facilitado la entrada al mercado europeo.

Los programas de aceleración de Espacio RES y APTENISA también fueron clave para nuestro crecimiento. Además, recibimos una inyección financiera al conseguir un préstamo participativo de ENISA, y obtuvimos la Certificación de Empresa Emergente por el Ministerio de Industria.

Son muchos hitos y personas que nos han apoyado en el camino del emprendimiento. Creamos la empresa y comenzamos la actividad en 2022. El equipo promotor está formado por 2 socios fundadores con amplia experiencia científica y empresarial, y un conocimiento profundo del sector biotecnológico. Nuestros perfiles complementarios cubren las áreas de negocio, producto y tecnología.

¿Cuál fue el motivo principal que os llevó a emprender?

Todo empezó hace más de 10 años cuando empresas de biotecnología fueron acudiendo al Departamento de Mecánica de Fluidos e Ingeniería Aeroespacial con problemas en el crecimiento de sus cultivos. Algunos porque les crecían lentos por falta de oxigenación, otros porque con la agitación el cultivo se dañaba…

Fuimos resolviendo estos problemas, modificando los biorreactores de los clientes, cambiando el sistema de agitación y aireación por un sistema innovador. Tuvimos gran éxito con nuestros primeros prototipos que eran totalmente customizados. Fue años después cuando reconocimos un nicho de mercado para el cual podíamos ofrecer una solución innovadora y cuya propiedad intelectual podíamos proteger mediante patente.

Así fue como Javier Dávila y yo decidimos fundar Biomixing.

¿Qué dificultades os encontrasteis?

Un problema que aparece pronto es la falta de financiación. Es la pescadilla que se muerde la cola: el inversor quiere ver facturación, pero necesitas inversión para terminar de desarrollar la tecnología a fin de tener clientes. Por suerte, nosotros tuvimos algunos clientes previos a la inversión. Otra dificultad es la falta de conocimiento práctico de gestión empresarial, ¡y en una startup tienes que conocer todas las áreas de la empresa, tienes que saber de todo, casi! La internacionalización también supone todo un reto cuando estás comenzando, pero nos está ayudando mucho el ser seleccionados para un programa de emprendimiento en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston (EEUU) y en una de las aceleradoras europeas más grandes de biotecnología, MassChallenge, Switzerland.

¿Quién o quienes os ayudaron en los momentos de arrancar?

Sin duda varias aceleradoras nos ayudaron a fijar objetivos, a mejorar el modelo de negocio o a pivotar. Muchas personas e instituciones concretas nos han ido ayudando en el camino, como en las aceleradoras (AcexHealth, Aptenisa, RES, MassChallenge, MIT), los préstamos participativos de ENISA, Extenda, compañeros del departamento como Pascual Riesco, contactos en Boston… La Universidad de Sevilla siempre ha sido una excelente compañera de viaje, así como su OTRI.

Mención especial merecen los tres ángeles (en el sentido más literal de la palabra) de Austral VC que confiaron en nosotros y nos dieron nuestras primeras alas para poder avanzar. Ese apoyo inicial siempre será nuestro gran hito.

¿Qué consejos les daríais a las personas de vuestra universidad para atreverse a inicair la aventura de emprender?

Contrariamente a lo que algunos querrían oír, no les diría “si tienes una buena idea, monta tu empresa”. Es bueno madurar las ideas, consultar, pasar filtros, hacer mucho networking, ir formándote, enterándote, asistiendo a ferias, a eventos… y cuando creas tenerlo todo bastante claro, entonces emprende.

Tiempo después te darás cuenta de que aquello que parecía evidente, todavía le faltaban muchas vueltas de tuerca, pero al menos emprenderás con algo bastante avanzado.

Y sin duda… constancia, mucha constancia y mucha paciencia, que emprender es un viaje por una montaña rusa, con muchos altos y también muchos bajos.

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