RAVENWITS

Aprendizaje automático en el mundo de la energía

¿Cuál fue el motivo principal que os llevó a emprender?

Ambos fundadores teníamos desde hacía tiempo una inquietud por emprender, combinada con una trayectoria académica centrada en los últimos años en el Aprendizaje Automático. La oportunidad concreta surgió cuando asumimos la dirección de un proyecto de I+D financiado por Red Eléctrica de España, orientado al uso de Deep Learning para la predicción de energía renovable. El éxito de esa prueba de concepto fue decisivo: nos impulsó a dar el salto y fundar una empresa enfocada al desarrollo de soluciones basadas en Deep Learning aplicadas al sector eléctrico.

¿Qué dificultades os encontrasteis?

La principal dificultad con la que nos encontramos fue nuestra absoluta falta de cultura empresarial. Arrancamos a base de ensayo y error, cometiendo muchos fallos y acumulando pocos aciertos al principio. Procedentes del ámbito académico, tuvimos que «desaprender» ciertas dinámicas para poder adaptarnos a un entorno con necesidades, motivaciones, ritmos y prioridades muy distintas.

¿Quién o quienes os ayudaron en los momentos de arrancar?

El primer gran apoyo llegó cuando fuimos seleccionados como una de las empresas ganadoras del Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol. Este premio supuso no solo una ayuda económica y un reconocimiento muy valioso, sino también un acompañamiento a través de mentoría especializada que nos ayudó enormemente a adoptar la mentalidad empresarial necesaria. Además, el respaldo recibido en convocatorias como Compluemprende y las iniciativas de emprendimiento de la UPM nos aportó una validación externa que fortaleció nuestro proyecto en las primeras fases.

¿Qué consejos les daríais a las personas de vuestra universidad para atreverse a inicair la aventura de emprender?

A quienes, como nosotros, provienen del mundo académico y se plantean emprender, les diríamos que dediquen tiempo a entender las diferencias entre lo que se valora en la investigación y lo que impulsa una empresa. No basta con tener una buena idea o una tecnología prometedora: hay que saber escuchar al mercado, comunicar valor y construir algo que realmente resuelva un problema.

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