Smallops

Nanopartículas para la sostenibilidad industrial y la economía circular

Smallops es una empresa que desarrolla y fabrica nanopartículas para diversas aplicaciones industriales y medioambientales.

Fundada en 2020, se ha destacado por su enfoque en la sostenibilidad y la economía circular, transformando residuos en productos valiosos mediante procesos de alta tecnología como la carbonización hidrotermal.

Sus promotores la crearon y comenzaron su actividad en 2020 tras terminar sus estudios en Liderazgo, Emprendimiento e Innovación (LEINN), el programa de la Universidad de Mondragón Facultad de Empresariales MUE, Team Academy (2016-2020), son:

  • Iñigo Monreal – CEO & Co-Fundador. Graduado en LEINN y MBA por The Power Business School. Adicionalmente ha realizado diversos cursos de prototipado y obtención de MVP con metodologías Agile por la Universidad de Mondragón, así como de Digital Intelligence, Leading People, Project Management and Negotiation, Persuading People and Time Management impartido por Harvard Business School.
  • María Jara – COO & Co-Fundadora. Graduada en LEINN y Marketing expert (Digital Marketing) por The Power Business School. Cuenta también con varios Certificados de “Liderar a Personas”, “Gestión del tiempo”, “Gestión de proyectos”, “Negociación”, “Inteligencia digital” y “Persuadir a otros” de Harvard Business School.
  • Rubén Escudero – CTO & Co-Fundador. Graduado en Ing. Química y Máster en Gestión Sostenible y Tecnologías del Agua por la Universidad de Alicante, cuenta también con un certificado de Lean Six Sigma Green Belt por Summun Consulting y Digital Intelligence, Leading People, Project Management, Negotiation, Persuading People and Time Management por Harvard Business School. Además, es Experto en Gestión de Subproductos del Olivar e Industrias Afines por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).

¿Cuál fue el motivo principal que os llevó a emprender?

La idea de emprender siempre la hemos tenido, por esta razón hicimos LEINN que nos dio la oportunidad de dar forma a nuestro proyecto empresarial antes de convertirse en una realidad.

¿Qué dificultades os encontrasteis?

Primero, tuvimos que convencer a nuestros padres para que nos avalaran un préstamo personal y seguidamente nuestro desplazamiento a 700 km de nuestra vivienda habitual hasta Extremadura, lugar donde decidimos embarcarnos en esta aventura.

Segundo, la creación de la empresa, CIF definitivo, cuenta bancaria. Esto fue algo puntual ya que llegó el COVID y se paralizó todo. Tardamos más de 6 meses en obtener un CIF definitivo que nos limitaba mucho al querer abrir una cuenta en el banco y hacer el ingreso para empezar con la actividad. Esto retrasó mucho la compra de varios equipos y, por tanto, el comienzo de la actividad.

Tercero, no disponíamos de los recursos económicos suficientes para montar una industria desde 0, por lo que las primeras alianzas fueron clave en nuestros primeros pasos como Smallops.

Por último, y no menos importante, cuando intentas hacer algo tan loco como producir y vender nanopartículas, el ser joven (en su momento, cuando empezamos, 19, 20 y 23 años) es un limitante frente a los demás, ya sean posibles clientes o inversores, ya que directamente te juzgan muchas veces por lo que ven, y no por lo que dices y haces. Romper con esta barrera cuesta, pero se consigue.

¿Quién o quienes os ayudaron en los momentos de arrancar?

Contábamos con el apoyo de la Universidad de Mondragón y de sus expertos legales que nos ayudaron a constituir la empresa en Extremadura y a resolver las adversidades generadas por el COVID en el proceso. También conocimos a varias entidades como Fundecyt que promueven el emprendimiento y fueron los que nos presentaron a la empresa Metanogenia, spin-off de la universidad de Extremadura, la cual nos abrió sus puertas brindándonos acceso a su laboratorio y ayudándonos a dar nuestros primeros pasos en la región. Una vez nuestra demanda de nanopartículas fue creciendo, fue clave nuestra alianza con Troil Vegas Altas, empresa donde actualmente están nuestras instalaciones y centro de producción de nanopartículas. Troil ha marcado un antes y un después ya que nos dejó adherirnos a su proceso de producción y, por tanto, no tuvimos que esperar a ningún tipo de licencia para uso de suelo, ni certificados ni nada por el estilo que nos impidiera aumentar nuestras instalaciones y capacidad productiva. Igualmente, no siempre podíamos estar tirando de los expertos de la Universidad de Mondragón, por lo que nuestra alianza con Balamo Legal & Fiscal marcó también la diferencia. Rodearte de personas que te entienden y entiendan tu visión y objetivo es crucial ya que si no dispones de recursos, es lo único que te queda, que confíen en tus habilidades para hacer realidad tu proyecto.

¿Qué consejos les daríais a las personas de vuestra universidad para atreverse a inicair la aventura de emprender?

Primero, necesitas hacer primero TU la apuesta por tu proyecto para que otros apuesten por ti. Si uno mismo no arriesga un mínimo de su dinero/tiempo/recursos para su super idea, un inversor tampoco.

Nuestra máxima recomendación sería: PICO – PALA – PICO – PALA. Al principio todo es muy complicado, nadie te conoce y nadie cree en ti. Tienes que trabajar duro, hacerte conocer ya sea en ferias o incluso a través de premios que organizan entidades referentes en tu sector. Lo importante es hacer ruido y que sepan que existes y lo que vendes, hasta que la rueda empieza a girar por sí sola, los clientes preguntan por tus servicios y todo comienza a tener una armonía.

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