La tasa de actividad emprendedora de la Comunidad de Madrid se sitúa en un 7,2% de la población, significativamente por encima de la media nacional (6,4%).
La Comunidad de Madrid se percibe como una de las regiones que ofrece las mejores condiciones de entorno para emprender en nuestro país, destacando las infraestructuras físicas y de servicios, las políticas publicas y una mejora en el acceso a la financiación.
En cuanto a la intención emprendedora, se observan asimetrías significativas entre las zonas de la región, siendo más proclives a emprender la capital y la zona oeste.
Llama la atención que la zona sur tiene una intención emprendedora muy destacable, que luego no se corresponde con una actividad emprendedora real, probablemente debido a condiciones socioeconómicas y falta de redes de apoyo.
En línea con otros países de nuestro entorno de referencia, la iniciativa emprendedora masculina está por encima de la femenina, aunque se observa una convergencia entre ambos géneros a lo largo del tiempo.
A nivel de las diferentes zonas de la región madrileña, se observa que el emprendimiento masculino está significativamente por encima del femenino en la zona norte, mientras que el femenino supera ligeramente al masculino en la zona sur. Esto se debe a una mayor incidencia del emprendimiento por necesidad frente al de oportunidad, y se relaciona con las condiciones socioeconómicas de la población.
Las personas con mayor nivel formativo son mas propensas a emprender. Es decir, la mayoría de los emprendedores son personas con estudios universitarios y de posgrado
Hay consenso sobre la necesidad de una apreciable mejora en la intensidad innovadora del fenómeno emprendedor, en particular, considerando la posición ventajosa de la región, y la dinámica de cambios tecnológicos y sociales que se está produciendo a nivel internacional.
En la región hay capacidad innovadora, y se está configurando un ecosistema emprendedor muy dinámico, pero todavía carece de la masa crítica necesaria para ser un elemento tractor de la economía regional.
El emprendedor madrileño sigue dependiendo de los recursos de su entorno personal más próximo, siendo necesario incentivar la aportación de inversión privada profesional para facilitar la consolidación de las nuevas y su crecimiento a largo plazo.