los resultados obtenidos en el informe permiten prever un mayor crecimiento de la actividad ante el futuro económico, si las circunstancias del entorno lo permiten.
La tasa de actividad emprendedora (TEA) en Extremadura en 2021 ha sido del 4,8%, valor que a diferencia el año anterior, ha aumentado en 0,6 puntos (aproximadamente un 12,5%). Aumento que también se ha visto reflejada en la tasa media de Europa y España, con un 8,7% y 5,5% respectivamente.
En cuanto a las iniciativas de negocios, han aumentado en 0,6 puntos respecto al año anterior; es decir, un 8,2% forman la bolsa de emprendedores que facilitaría la vuelta a la actividad emprendedora en los próximos años. Respecto a las empresas consolidadas, suponen en el año 2021 un 7,9% de la población adulta en edad de trabajar frente al 7,1% alcanzado el año pasado. Otro dato positivo, es que a pesar de que el porcentaje de abandonos es del 1,9%, en torno al 0,7% de los negocios ha continuado en manos de otras personas al traspasarlo, el resto se ha convertido en cierre real.
Las iniciativas puestas en marcha han creado menor empleo y nº de exportaciones, aunque sus expectativas de expansión a corto plazo parecen mejorar. Además, la región extremeña destaca este año en una mayor distribución empresarial de los sectores de servicios al consumidor (54,5%) y a empresas (23,5%). En menor proporción, pero superando los valores alcanzados por España y Europa, el sector transformación con un 19,9%; y en último lugar, con apenas un 2% de representación el sector extractivo, al igual que ocurre a nivel nacional y europeo con un 3,4% y 5,2% respectivamente.
La necesidad sigue bastante presente a la hora de emprender en Extremadura, ya que entorno al 70% de los emprendedores han iniciado el negocio para “ganarse la vida porque el trabajo escasea”, financiándose la mayoría de ellos con sus ahorros (60,8%). Si a esto agregamos, dificultades de acceso a la financiación, de hacerse hueco en el mercado creando productos/servicios que en su mayoría son poco o nada innovadores en productos o procesos, con un bajo nivel tecnológico o que se limitan a mercados locales, la probabilidad de supervivencia de estas nuevas iniciativas extremeñas se ve bastante menguada. Prueba de ello es que el 26,6% de los abandonos producidos en 2021 han sido porque el emprendedor no ha conseguido hacer su negocio rentable.
Estos abandonos han afectado más a los hombres (57,9%), a los emprendedores de edades comprendidas entre los 35 y 34 años (33,3%), y entre los 55 y 64 años (44,4%), que tenían estudios de primaria (36,8%) o superiores (26,3%), con formación específica para emprender (78,9%) y un bajo nivel de renta (<1.200 €) en el 46,7% de los casos.
El emprendimiento femenino este año sube, alcanzando un valor similar a los de 2013 y 2017, con un 4,6%, a tan solo 0,4 puntos porcentuales del obtenido por los hombres; lo que denota la tendencia en positivo del desarrollo de la actividad emprendedora por parte de las mujeres.